17/6/13

Desconocidos (pagina primera)



No es la casualidad, existe el destino y este traza rutas insospechadas que nos conducen a hermosos y tortuosos caminos.

Era una tarde de lluvia, aquel joven se encontraba contemplando el mostrador de una cálida y ruidosa pastelería. Aquel hombre contemplaba con cierta envidia a las familias que se arremolinaban comprando panes, bollos, galletas, tartas y pasteles que seguramente degustarían en sus casas resguardándose de la lluvia y aquel molesto frío que calaba hasta los huesos y  hacía castañear los dientes.

Justo cuando el individuo se giro para marcharse detrás suyo (que ahora se había convertido en delante de el) una ¿chica?...¿Mujer?... miraba absorta la vitrina de la pastelería y sus ojos reflectaban una luz mucho mas extraña  ¿cálida quizás?  que la desprendida por la vitrina del negocio frente al que se hallaban.

El carraspeó como para hacerle saber a la extraña que le impedía caminar de frente, ella entonces le devolvió la mirada mas curiosa y juguetona...

-¿no es lindo?- pregunto con una melodiosa e infantil voz que no parecía acorde a la edad física que pudiera tener.
-mmm... pues.... supongo.... los pasteles son "agradables a la vista y al paladar" y el lugar huele bien- respondió el caballero un tanto impaciente por marcharse.

La "joven" desprevenidamente y con una confianza inusual le tomó la mano  y lo hizo entrar al negocio con ella.  El bastante molesto trató de zafarse de ella, y al tratar de reclamarle por dicha acción la mujer simplemente le acerco a la cara una rebanada de mousse con triple chocolate y queso crema.

El caballero miró aquel postre y por un instante, solo por unos escasos segundos abandono ese lugar y tiempo recordando con nostalgia aquel cumpleaños donde su madre amorosamente había comprado una tarta de mousse y obsequio para su deleite su primer libro de cuentos.

El parpadeó despertando del sopor de aquel recuerdo y se encontró con la cándida sonrisilla de su "nueva" acompañante.

-¿sabes? los pasteles de aquí saben a felicidad, a niñez, a sueños- le dijo con una cantarina voz que penetro mas allá de sus oídos para irse filtrando al interior de su húmeda y vacía caja torasica donde alguna vez existió su corazón.

El trato de contener ese escozor que experimento  en su interior y con un gesto malhumorado invento una tonta excusa para salir del lugar dejando a la chica parada enmedio de la tienda.
el mejor que nadie sabía que ninguna persona le estaba esperando, no tenia ninguna cita  ni un par de brazos que lo estrecharan... sintió nauseas y por alguna extraña razón quiso llorar.

Unos pasos detrás de el lo hicieron dejas de lado ese mar salado para volver a ver a aquella insolente que con una bolsa de la pastelería le daba alcance, ella paró en seco y le extendió ceremoniosamente  la bolsa y con una carabana se despidió amenazándole de la siguiente manera:

-¡Nos vemos mañana a la misma hora y en el mismo lugar!-  y los pasos de aquella molestia parlante se alejaron resonando en el adoquinado de la calle...

El joven miró la bolsa y suspiro, temblorosa su mano abrió el paquete para encontrarse con la rebanada de mousse y su infancia empacadas de manera diligente . . . la sonrisa de su madre resonó en sus oídos y lloroso por primera vez en mucho tiempo observo el cielo que lentamente se despejaba dejando lucir a la luna y las estrellas como las reinas absolutas de la noche...

Ese día el destino unió de manera indireccionable a dos desconocidos...


A Marco.
Gracias por tu sinceridad y por seguirme el avión ese dia xP



1 comentario:

  1. Es muy extraño, justo hoy soñe con muchos tipos de panes distintos. Deberia considerarlo una señal sobre la feliidad del pan y los sabores deliciosos?

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